Aunque la comedia musical es considerada como el género por excelencia de los Estados Unidos de América, otro que adquirió fama debido a las implicaciones culturales de aquel país en los que se basa, es el Western. De hecho, gracias a lo anterior actores como Clint Eastwood o John Wayne le pusieron la cereza a su prolífica carrera, logrando su identificación y consecuente trascendencia en el mundo del cine, como el caso del segundo, quien consiguió su único Óscar y se convirtió en una leyenda curiosamente protagonizando el film que en esta ocasión, es reinventado por los Hermanos Ethan y Joel Coen: True Grit (Temple de Acero; 2010).
En ese sentido, si bien es cierto que el Western tuvo su época dorada hace ya bastantes años; a partir de los años 90 el género entró en una terrible decadencia promovida por trabajos que intentaban darle un nuevo aire, sin mucho éxito y estropeando su esencia. Por esta razón, las fórmulas para recrear situaciones vaquerezcas que lograran envolver nuevamente a las audiencias no sólo del país de las barras y las estrellas, sino del mundo entero, terminaron por generar una nostalgia con pocas esperanzas de resurgir.
Pero en este caso, este par de directores y hermanos dio muestra de que, no obstante que se trate de un remake, mientras exista respeto y lealtad a las obras originales, imprimiendo con sutil perfección el estilo propio; un género semi-olvidado puede volver para ser aplaudido nuevamente y que me atrevo a decir, hasta servirá como lección para las nuevas generaciones de lo que representó el Western en su tiempo y de lo mucho que aún puede ser explotado en la actualidad.
Asimismo, es importante considerar que True Grit es, como ya se mencionó, una nueva versión del clásico de 1969 dirigido por Henry Hathaway, que a su vez estuvo basado en la novela del mismo nombre escrita por autor sureño Charles Portis, por lo que los Coen asumieron el gran reto de serle fieles a ambas, lográndolo con éxito en una historia que narra el camino recorrido por una niña de 14 años llamada Mattie (Hailee Stenfield), quien decide emprender una inusual búsqueda del asesino de su padre, para lo cual recurrirá a dos de los más temerarios caza recompensas del país: Roger Cogburn y LeBoeuf, protagonizados por Jeff Bridges y Matt Damon, respectivamente.
¿Alcanzará lo hecho por Bridges para repetir estatuilla este año? |
En el aspecto técnico y tal como acostumbran los hermanos que dirigen esta cinta no hay mucho qué decir, sin que esto signifique demeritar el rubro. La recreación del sur de Estados Unidos es impecable, pero esta belleza sirve únicamente como complemento para la extraordinaria labor histriónica que los Coen saben manejar a la perfección, concentrándose en la profundidad del ser de cada personaje; máxime de contar con actores comprobadísimos como los que integran el elenco de esta película. En este aspecto destaca la encarnación de Jeff Bridges como el sheriff Cogburn, a quien imprime un toque humano casi sublime, que inevitablemente te atrapa y consigue hacer de cada una de sus intervenciones un momento digno de disfrutarse; comprobando que cuando se combinan excelencia actoral con habilidad innata en la dirección, se pueden alcanzar niveles de narrativa sobresalientes, a pesar del tedio existente por añadidura en monólogos o diálogos largos que podrían afectar en el desarrollo del largometraje.
Sin embargo, a pesar de la irrefutable calidad de True Grit, difícilmente podrá conseguir hacerle justicia a los hermanos realizadores que parecieran estar considerados por la Academia como los “niños buenos” del cine norteamericano, viéndolos como parte del mobiliario del país y cayendo en una paradójica situación de no premiarlos por que “nunca fallan” en sus trabajos.
Finalmente, fuera de lo que representa la entrega de reconocimientos más comercial del cine en el mundo, True Grit es indudablemente una pieza magistral que debe ser apreciada por todos, pues además de revitalizar un género de suma importancia en la historia del séptimo, en el más superficial de los casos hará de las dos horas que se dediquen a verla, un agradable momento del que no se arrepentirán, lo aseguro. Veredicto: 4 ½ de 5 estrellas.
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