domingo, 24 de junio de 2012

VÍA CRÍTICA / “Hasta pronto” Vía Crítica (o malditas elecciones)


Por Miguel Ángel Gómez Polanco

Sí, leyó usted bien: “malditas elecciones”. El proceso de supuesto cambio que experimenta cada seis años el país, ininterrumpidamente desde 1943, está a punto de acabar, gracias a Dios.
            La etapa en la que México demostró la secrecía de una división, quizás aletargada; despertó para elevar al máximo las pasiones y engendrar atípicas situaciones que hoy tienen al país al borde la ebullición.
            Esto, en lo que cabe, no es malo. La conciencia colectiva de una mayoría controlada por años, ahora cuenta con mayores herramientas para decidir mejor su porvenir, con la mira puesta en que los próximos procesos se puedan desarrollar en medio de un clima menos hostil y más pensante. Los precedentes sociales “#YoSoy” y sus respectivos contrarrestos, quedarán como el cimiento de la esperanzadora revolcada que anhela un país enfermo, para entonces pasar forzosamente por un proceso de maduración.
            Lo “malo”: los cambios no son inmediatos; quien haya pensado eso hace dos meses, se pasó de ingenuo. La contienda en sí, presentó a las cuatro opciones más decepcionantes de cara al importantísimo y urgente cambio en el país. Fue por esta razón que las movilizaciones ciudadanas resaltaron en un plano electoral escéptico, pobre, banal, triste y desangelado. Nadie quita mérito a los intentos por hacer resurgir la exigencia de un país democrático, pero debemos ser realistas: lo mejor de esta etapa que está a punto de concluir (por lo menos en su fase “regular”) fueron los destellos revolucionarios e insurrectos que sirvieron para contagiar a la nación de lo prioritario para el desarrollo: un mejor manejo de la información.
            Lo otro “malo”: sea quien sea la o el que gane, los 65 mil muertos producto de la “guerra” de Calderón no se compararán con la inquisición laboral que habrá para todos aquellos que apoyaron proyectos diferentes al que ocupe la Silla Mayor y formaron parte de la confrontación que caracterizó el proceso.
            En verdad, amiga y amigo lector: la grilla es inevitable, como también existe la hermandad y correspondencia en los partidos políticos por los apoyos ejercidos persona a persona, cada quien desde su trinchera, cosa que ha dado un poder estructural a algunos para ejercerlo, obtener poder y, además, acrecentarlo.
            Los verdaderos proyectos de nación se construyen partiendo de los aciertos que pueden sustentar un potencial partidista por el bien de la gente en general, aunque ello parta de aparente sesgo a favor de la o las instituciones y sus candidatos.
            ¡Ah! Pero ¿qué fácil es criticar la mega maquinaria priista, verdad? Y peor aún ¿qué hacemos para, sin tener que “descubrir el hilo negro”, tomemos lo mejor del propio PRI, la izquierda y el PAN para el bien común? Nada ¿verdad? No, porque la flexibilidad ideológica es nula en México; todo se resume en agresiones e intereses personales. Yo mismo lo he practicado y sido "víctima" también.
            Así pues, el párrafo anterior respalda el título de este panfleto. Vía Crítica nació como un proyecto editorial que se enfoca a la exposición de situaciones cotidianas en el acontecer nacional e internacional, de una manera –válgase la redundancia- crítica, sarcástica, ácida, libre, responsable, imparcial y sin compromisos informativos, más que con sus lectores.
            Por esta razón he decidido frenar momentáneamente su publicación, con el objetivo de no representar una herramienta más para el ataque a una semana de la elección, apelando por la autocensura de forma más racional y prudente; utilizándola para acabar con el deterioro de las relaciones humanas –propio de un ambiente de catarsis como el que vive el país actualmente- y en busca de que la información se genere sin compromisos pero en un entorno menos violento y más armónico, que le permita a la mexicana y al mexicano discernir entre ataque y crítica constructiva (e incluso evitar el primero).

SUI GENERIS
No, no me volví loco. Quizás me abandone mi familia, me quede sin pareja, sin amigos y sin muchas cosas más por la pasión que deriva de un pensamiento progresista y de cambio que aún no se ve en el horizonte próximo de México, pero que ya presenta señales de compostura. Tal vez, también, temo por mi trabajo y no tener qué comer, por lo que quiero evitar ser bloqueado en las oportunidades fácticas que velan regularmente por la conveniencia y no por la capacidad individual, por lo que “debo” dejar de escribir, lo cual, espero, pueda ser erradicado para dar entrada a quienes de verdad tengan la intención de aportar en común y obtener un beneficio por ello.
            Estas razones son muy válidas para cualquiera, por lo que pido que no se entienda como una “radiografía” de quien escribe estas líneas. Simplemente se ostentan para describir el contexto por el que seguramente varios pasarán después del primero de julio y que estuvieron en contra de quien resulte ganador.
            Así es se “administra” la opinión en México; así se manejan las posibilidades de cada quien, todavía; pero tenemos que cambiarlo. Por eso, pido a quien resulte ganadora o ganador, que tome en cuenta las críticas contra sus intenciones, pasado o partido que la o lo representa, pero que al hacerlo, no signifique una condena sexenaria.
Por mi parte y como ciudadano con la disposición de colaborar a favor de mi país, me comprometo a que el trabajo que haga será propositivo siempre y sin afán de descalificar, confrontar, hacer guerra e imponer mis ideas o las de un color.
            Así que: Josefina, Enrique, Andrés Manuel o Gabriel; ahí está lo que puedo dar y ojalá que ustedes, sea quien sea que gane, integre al país con nuestra ayuda. Pueden tener la certeza de que –a nombre de una gran cantidad de mexicanos- tendrán nuestro respaldo para lograrlo.
            Es hora de hacer de México, uno solo.
Hasta pronto.



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martes, 19 de junio de 2012

VÍA CRÍTICA / Unas cuantas preguntas “cuchicuchi”


Miguel Ángel Gómez Polanco

A estas alturas, estimada y estimado lector, considero prácticamente inútil preocuparse por la terrible guerra sucia en la estamos inmersos los mexicanos. Se trata de una cuestión cultural de la que difícilmente nos desprenderemos, si no empezamos por impulsar el rechazo generalizado evitando ser partícipes de este atentado a la democracia. Lastimosamente, pareciera que nos encanta la alharaca que esto conlleva.
            ¿Qué sigue? Es la pregunta del millón. Las estrategias de polarización siguen aumentando de tono y ya pierden noción del peligro extremo en el que envuelven a quienes participan de ella, mediante la difusión y explotación del hartazgo que hoy en día distingue a la clase electorera contra la ciudadanía mexicana. Las Redes Sociales, de a poco, muestran signos inequívocos de una superficialidad que muchos, quizás, no quisiéramos ver pronto decantada en desinterés ante la falta cimientos.
            En este contexto, el ocaso de expresiones trascendentales como el #YoSoy132, por ejemplo, ya es tangible, debido a la conformación de grupos de choque cuya única intención es a todas luces, “velar” por la desinformación, descalificando su legitimidad. ¿En verdad esta vieja práctica que fomenta ignorancia y confusión, logrará abatir eso que llamábamos ilusionados la “Primavera Mexicana”?
            Por otra parte, la divergencia de posturas políticas enfocadas a promover un falso populismo, también son parte de un dudoso actuar ciudadano que urge identificar, y así, lograr evitarlo.
            Para muestra, el “cuchicuchi” de Josefina Vázquez Mota. Primero hubo quien demerito los alcances de una decisión popular radicada en la conciencia de la juventud, posterior al movimiento concebido en la Ibero. Ahora, la cosificación de la voluntad a través del sexo condicionado en un entorno fácilmente manipulable, deja entrever una clara confirmación de la degradada percepción que tiene la clase política respecto al pueblo, pues una cosa es el chistorete y otra, muy diferente, integrar y mantener esto en un discurso de mal gusto, ya no sólo como signo de mediocridad en la retórica de la aspirante en cuestión, sino como insufrible demostración de pobreza en su propuesta. Llegar a algo así es, en definitiva, jugarle chueco a la democracia y darle “circo” para entretenerla, olvidando sus necesidades, como la que por sí misma sugiere.
            De igual forma sucede con la exposición de la vieja usanza (con matices prácticos y, al parecer, perdurables) representada por la satanizada y conocida dádiva electoral, como la legendaria despensa. ¿Quiénes son los convencidos de esta revelación? ¿Los que conocen de estas prácticas o quienes las reciben y son las verdaderas presas fáciles de la indecisión? ¿Realmente compartimos dicha información con quien más la necesita o sólo la criticamos con cuestionable y egoísta indignación?
      Y del otro: su pasado, la arrogancia, intolerancia, faltas de respeto y socialismo tergiversado, ya no valen lo suficiente para mencionarlo. La partidocracia que caza los espíritus demócratas, convierte en ciego al sordo y viceversa. Está demás abordarlo.
            México ya no da para más, debemos estar convencidos de ello; más de lo mismo, de lo que consabidamente es en detrimento de la dignidad que una vez tras otra, quienes “elegimos” utilizan para hacernos de lo menos, nada.
            Por eso será bueno preguntarnos también ¿dónde radica la verdadera violencia de la que tanto nos quejamos? Si de nosotras y nosotros parten las prácticas que secundan la parafernalia inherente a la ignorancia, con campañas agresivas y ataques infundados que no hacen más que evidenciar nuestro frágil criterio.

SUI GENERIS
Quedan, pues, los anteriores pensamientos encerrados en interrogación para que usted elija cuál responder.
Esta vez y como siempre, la última palabra corresponde a quien se atreva a cuestionarse a sí mismo y descubrir que la falacia regularmente encuentra mejor acomodo en el conformismo generado por la desidia y los elementos que sólo en elecciones aparecen, más no en la historia; aquella que repetimos incansablemente por no conocer. Eso sí me da “cuchicuchi” vivirlo cada seis años ¿a usted?.



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lunes, 18 de junio de 2012

PÁJARO EN MANO / Esa mujer sí me da #cuchicuchi

Miguel Ángel Gómez Polanco


Que las Redes Sociales son una herramienta indispensable en la generación de opinión pública actual, no se puede negar. No obstante, también lo es que resulte un instrumento que proyecta la realidad cultural del país; cosa que a veces, no es muy conveniente.
            En esta ocasión y con el pájaro en mano, abordaremos lo acontecido con la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, quien haciendo uso de la innata habilidad de sus “asesores” para polarizar a través de los modos más impensables, ahora se decidió por el absurdo de bromear y hacer partícipe al país de una nueva idea en su discurso: el sexo condicionado.
            Y es que a la otrora candidata cándida de la derecha, se le ocurrió sentenciar al género masculino de la forma más burda posible, escudándose en un humor casi imperdonable ante la coyuntura que vive el país y que como “chistorete” habría pasado, más no como parte medular en las intenciones de agradar y mejorar su merecido tercer lugar en las preferencias: "Ay de aquellas parejas (hombres) que no vayan (a votar), porque no les hacemos #cuchicuchi en 1 mes". De ese tamaño se la gastó Chepina.
            Pero ahí no paró la cosa. Todos rieron; quizás de incredulidad por semejante petición, o bien, porque la verdad, como chascarrillo, fue bueno. Lo feo: estuvo repitiéndolo en varias plazas donde acudió como parte de su campaña (sobre todo en Xalapa y Tantoyuca, durante su gira por el estado).
Pero después reculó: “Está bien, si van a votar, que haya dos meses de #cuchicuchi”. Válgame.
Como era de esperarse, la red social del pajarito fue el principal depositario de reacciones, entre las cuales se encontraron pensamientos diversos que irónicamente, facilitaron el objetivo de la exdiputada: posicionar ejes de opinión, aunque desafortunadamente, éstos exhibieran, en gran parte, la predisposición del mexicano para participar en la guerra sucia que tanto daño nos hace y fomentar la superficialidad, eso sí, en algunos casos, con mucho ingenio.

Zazil Carreras@ZazilCarreras
@JamesHowlettJr Bueno, cópula, coito, relaciones sexuales, coger, tronchar, revolcarse... O sea, todo es mejor que #CuchiCuchi!

Papel Carbonell@PapelCarbonell
Tanto #CuchiCuchi como sea posible, en la combi, cuando sea necesario. Chepiquadriyeo.

KidAtocha@KidAtocha
Estaré recibiendo sus follows todo el día de hoy a cambio de un buen y delicioso #cuchicuchi. Plis RT

Soy132@KidRanchero
Qué saben del amor si no han sentido en carne propia el #cuchicuchi

rafael velez@rafa57
Millares de maridos prefieren quedarse sin #Cuchicuchi que votar por #JVM dicen que mejor le jalan la cabeza al ganzo!


мarιƒer ɑℓveɑr @Maffalvear
Si no me traes unos tacos de sirloin en media hora no hay#cuchicuchi en un mes! #amenazocomoJosefina

JuanchoElHereje @JuanchoElHereje
Apoyar a las feministas en contra de las agresiones de quienes piden usar el #cuchicuchi electoralmente es una obligación ética

Pascal BeltrandelRio@beltrandelriomx
Ahora no podré quitarme de la mente la imagen de Betty Mármol de aquí al final de la campaña #cuchicuchi

Eso fue en la twitiza ¿a usted qué opinión le deja el #cuchicuchi? Espero sus comentarios a través de magomezpolanco@gmail.com y desde luego, en Twitter: @MA_GomezPolanco.


miércoles, 13 de junio de 2012

La "encuestitis mexicana" / Sui Generis: periodismo libre /


SUI GENERIS: PERIODISMO LIBRE
La encuestitis mexicana

El insufrible amuleto electoral ¿un instrumento determinante en la intención de voto de los mexicanos 0 profeta de la manipulación y arma de propaganda?

Por Miguel Ángel Gómez Polanco

“En mis encuestas, yo voy arriba”, “ahí están las encuestas; nadie puede negar quién es el puntero”, “las encuestas han perdido credibilidad”. Estas y otras frases se han vuelto recurrentes en el contexto electoral de México; país con una tendencia mitificadora, derivada de la incertidumbre inspirada por las instituciones y una élite gubernamental que ya no ve la suya para encontrar nuevos métodos de convencimiento, alejados de sus acciones como autoridad.
            Pero ¿en qué se basa la pretendida influencia de las casas encuestadoras? De acuerdo con Leo Zuckerman, en la investigación “¿Quién es quién en las encuestas?” publicada en marzo pasado: “El valor de las encuestas preelectorales es que predice quién va a ganar la elección. O, para ser más precisos, quién es el que tiene una mayor probabilidad de alzarse con la victoria”.
            No obstante, este poder predictivo se ha visto alterado debido a la efervescencia social que acontece en territorio mexicano actualmente. Las muestras de apoyo/repudio a la y los aspirantes presidenciales, han socavado las metodologías en las que son basadas las encuestas, para convertirlas en una arma electoral, por lo menos ante la percepción de las mayorías.
            A lo anterior se suma la reglamentación aplicada por el Instituto Federal Electoral para regular el impacto de estos consagrados amuletos electorales, pues de acuerdo con el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), las encuestas deben ser registradas (junto con la explicación del o los métodos para su aplicación) y detallar dónde serán publicadas, únicamente con el fin de mantener informado al órgano electoral. Es decir, no existe ningún marco legal para cuestionar su veracidad.
            Ante esta situación, la descalificación y/o aprovechamiento de los protagonistas en la carrera electoral, se ha convertido en una constante, prestándose las encuestas como un blindaje o, en su caso, como una manera de contraponer la concepción de autonomía en la población votante, generalizando su preferencia y apostando por infundir, en la mayoría de los casos, una suerte de resignación.

“Los contratantes”
El Artículo 44 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) indica que: “No será pública la información relativa a los procesos deliberativos de los órganos internos de los partidos; la correspondiente a sus estrategias políticas y de campañas electorales; la contenida en todo tipo de encuestas por ellos ordenadas, así como la referida a las actividades de naturaleza privada, personal o familiar, de sus afiliados, dirigentes, precandidatos y candidatos a cargos de elección popular”; he ahí el “problema”.
            Ante la falta de certificación para los resultados por parte del árbitro máximo de la contienda electoral, no se garantiza su certeza, además de tratarse de una muestra determinada a partir de métodos que han sufrido cambios que dependen en gran parte de quien las contrata. Incluso, la consejera electoral, María Marván Laborde acusó que “escasean datos de recopilación como vivienda, telefónica, etcétera; así como método de muestreo, tamaño de la muestra, fraseo de la pregunta, porcentaje que no contestó, nivel de confianza, rango de error estadístico e incluso fecha del levantamiento”.
            Asimismo, son varias de las propias casas encuestadoras las que aseguran que entre más cercanas se apliquen estás herramientas recopiladoras de opinión al día de la elección, el resultado será más fiel al poselectoral e incluso puede significar “una voltereta radical”.
Y es que como explica el abogado y analista electoral, Joel Vera Terrazas: “Las encuestas son sólo un parámetro de la tendencia que el votante tiene en un momento determinado, pero no son el reflejo de lo que acontecerá el día de la elección, pues son muchos los factores que pueden modificar los resultados de una encuesta, como lo son aquellas personas que participaron en la encuestas pero que no participaron en la elección; aquellos que al sufragar cambiaron de opinión o los que falsearon la información al ser encuestados”.
No dude, pues, de quién tiene la última palabra para elegir a quien gobernará México los próximos seis años y no precisamente porque una encuesta lo “prediga”.


EL DATO
-         De acuerdo con el Cofipe, tres días antes de la elección ya no pueden ser publicados los resultados de las encuestas de índole particular.

-         De acuerdo con la consejera del IFE, María Marván Laborde, hasta el mes de mayo, 16 empresas se habían registrado para hacer encuestas de salida y conteos rápidos el primero de julio.
-          
-         El IFE ha detectado múltiples deficiencias científicas de los sondeos; sin embargo, eso no ha sido impedimento para la publicación de supuestas tendencias.

-         La “dependencia encuestadora”: del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas. En el mismo período, pero del año 2006, la cantidad fue de 57.

-         De las 44 últimas encuestas preelectorales, 32 acertaron al ganador, un 73% de efectividad. GCE, la empresa que más publicó, acertó en 10 de sus 13 encuestas. El Universal tuvo un récord perfecto en la predicción del ganador: cinco de cinco. Reforma, en cambio, le pegó a dos de cinco, una efectividad de 40%. De las cuatro encuestas de Consulta-Mitofsky, erró en una y acertó en tres (75% de efectividad). (Tomado del estudio “¿Quién es quién en las encuestas?” de Leo Zuckerman; marzo 2012)

-         En una encuesta aplicada en la red social Facebook durante mayo del año en curso (mes contemplado como la mitad de las campañas presidenciales), dentro de un universo de opinión de 1,080 personas; el resultado de dichas herramientas en la intención de voto a partir de la pregunta: “Para fines de investigación periodística: ¿qué tanto influyen las diversas encuestas electorales en su preferencia de voto?, fue de:

·         (65) Nada; las mantengo al margen de mi decisión
·         (12) Regular; las tomo en cuenta, pero no definen mi voto
·         (14) Poco; no creo en ellas, pero las tengo presentes
·         (15) Agregó respuestas como:
-         (9) Nada; para mí, la gran mayoría están manipuladas
-         (2) Estoy definido/a sin ellas
-         (1) Demasiado de ello depende mi voto
-         (1) A las oficiales que dicen en tv, no les creo nada
-         (1) Me interesan
-         (1) Mucho; en ello me baso para votar

Total de encuestados: 106 personas
Muestreo: aleatorio
Nivel de participación: 10%


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lunes, 11 de junio de 2012

VÍA CRÍTICA / La lengua (mordida) de Elizabeth


Miguel Ángel Gómez Polanco

Le confieso, antes de desarrollar este panfleto, que el tema sugerido para el mismo no resulta mayormente sorpresivo.  Los antecedentes del personaje en cuestión son prueba visible e irrefutable de la calidad de melcocha que distingue a esta multifacética dama que hoy preside el ayuntamiento de una ciudad lastimada y con curitas por todos lados, pero sin remedios que le borren las cicatrices.
            Elizabeth Morales García; la campeona de natación, estudiante obstinada e hija líder; locutora, conductora y manipuladora de empresarias de la industria óptica; hoy protagoniza un nuevo y lamentable pasaje que apuesta por el verbo para subsanar su futuro en la vida política, aunque no deja de sentar un nuevo precedente, de esos tan útiles en la innata cultura de la guerra sucia y las contra campañas que nos caracterizan a los mexicanos.
            Aún recuerdo aquellos tiempos en los que quien suscribe, cubría su fuente como precandidata a la alcaldía de Xalapa. La mujer era todo esplendor con los ingenuos fanseses que celebraban su postulación para dirigir los destinos de una ciudad fea, producto de la pésima gestión de un Bicho que hasta sin esposa se quedó. Así de grueso. Pero ella tenía en mente un embellecimiento que sin duda, ha cumplido (por innecesario que parezca) y eso era suficiente para ubicarla como la redentora de la ignorancia; casi mesiánica para la marginalidad (note los calificativos; recuérdelos)
            En otro punto, el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, se decantaba por su apadrinado para la Atenas Veracruzana. Era el heredero de una de las dinastías políticas con mayor arraigo en el estado: Américo Zúñiga, quien con un camino bien trazado desde antaño y auspiciado en gran medida por su gestión como secretario del Trabajo, Previsión Social y Productividad (abogado especialista en derecho laboral, a final de cuentas); se alzaba como favorito en la contienda interna -y para “la buena” también-.
            Pero la mujer estaba obsesionada y, ante la negativa de su gobernador, se saltaba la omnipotente jerarquía de quien fuera tío de todos los veracruzanos durante seis años, para llegar hasta la dirigencia nacional de su partido, el PRI, representada por la figura de Beatriz Paredes Rangel.
            “Yo soy la buena; mira mis encuestas”, se rumora que fue el argumento de Eli para convencer a la mandamás tricolor y que ésta ordenara a la inmediatez el reemplazo en el delfinario de aquellas elecciones, para la ciudad de Xalapa.
            Desde entonces, todo cambió. El dueño del “trono fiel” acató la orden en una legendaria reunión en conocido restaurante, la cual fue motivo de grilla reservada por un buen tiempo. ¿Quién se atrevería a publicar que alguien “inferior” le había “podido” al todopoderoso colorado? Pero eso sí: aplicó –como casi siempre cuando alguien lo increpaba- “la indiferente”, casi como bálsamo para su lastimado ego; restando apoyo a la rebelde figura televisiva (a quien poco le importó el hecho, pues ya tenía de su lado el consabido abuso de la necesidad) y mandó al indefenso Américo por una diputación segura, aunque resignada.
            El resto, ya la sabemos: arrasó con diferencia de 2 a 1, haciendo ver nada la histórica votación lograda por el PAN en Xalapa, mediante su más cercano perseguidor, Fernando Pérez Vignola. Después de todo, lo que le dijo a doña Betty, no era mentira; lo cuestionable es cómo lo logró.

SUI GENERIS
Pero ahí no acabó el desafío a su propia militancia y el hambre de poder. Habiendo pasado como diputada federal (de labor inconclusa) y después a la alcaldía ¿qué es lo más natural que siga?
            La respuesta llega con las acciones que hoy en día vuelven a poner en la mira a esta “tenaz” política, quien ha decidió no quedarse observando cómo el gobernador en turno se decide para “delfinear” a uno de sus homólogos de Boca del Río y Tuxpan,  Salvador Manzur Díaz o Alberto Silva Ramos, respectivamente.
No: la edil ya recurre al “arrastre” con el fuerte contendiente a la presidencia de la república, Enrique Peña Nieto, desatendiendo sus labores como presidenta de la caótica capital, para celebrar reuniones en conocido salón de eventos y coaccionar a sus empleados municipales, llamando a Andrés Manuel López Obrador “un enfermo de poder” y “falso Robin Hood” ¡así de gruesa! Pobre de su lengua.
            Además, se suma la versión que circula en varias áreas directivas del ayuntamiento xalapeño, en la que señalan que no sólo es el salón de eventos mencionado donde Elizabeth fragua su “plan a futuro” con el pretendido auspicio de Peña Nieto. De acuerdo con estas voces, también la casa de la alcaldesa, ubicada en la zona de La Laguna, municipio de Miradores; sirve como “cuartel” para dirigir la operación electoral a favor del presidenciable priista.
Incluso se dice que fue ahí donde se concibió, por ejemplo, una página en Facebook denominada "La República No Amorosa” (actualmente con más de 600 seguidores), en la que sus colaboradores más cercanos tienen que entrar a diario y poner “Me Gusta” en cada publicación, obviamente contra el tabasqueño.
Así pues, la lengua de Elizabeth debe estar tan mordisqueada por los calificativos que achaca al candidato del Movimiento Progresista y que ella misma practica a diario, pero aparte, por la nada cuidadosa forma de soltar información de este tipo y que hoy, confirma su naturaleza trepadora y abusiva.
¿Será esta la buena, después del despertar social que se vive, para que la ciudadanía por fin le voltee la cara?



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martes, 5 de junio de 2012

VÍA CRÍTICA / Manual práctico del Mapache 2.0


Miguel Ángel Gómez Polanco

A estas alturas, amiga y amigo lector, es evidente que el poder de las redes sociales -sobre todo en el contexto electoral- es interminable. No de balde las demostraciones que hoy en día tienen en coyuntura al país, partiendo de la sociedad, logrando avizorar cambios drásticos en el pensamiento colectivo y que probablemente se reflejarán en las urnas en primera instancia (y ya veremos si después también).
            Por ello, en un afán de proveer a este panfleto de un sentido didáctico (ya que el magisterio mexicano, entre pruebas universales y “Enlace” demuestran su desinterés en la transmisión de este tipo de conocimiento), en esta ocasión analizaremos lo que el destacadísimo especialista y emblema del derecho mexicano, Jorge Fernández Ruiz, en su “Tratado de Derecho Electoral” (Porrúa/UNAM-México/2010), define como “Patología Electoral”, potenciando sus definiciones en un entorno 2.0; es decir: enfocando su aplicación en la viralidad que alcance el documento a través de las redes sociales y, con ello, poner en antecedente a los “defensores de la democracia” y movimientos en pro de la información, sobre las prácticas que casi con seguridad se harán presentes el próximo 1 de julio.
            Primeramente, conozcamos el término “mapachería electoral”, cuya definición de acuerdo con Fernández Ruiz es:

Acciones ilícitas encaminadas a vulnerar el carácter universal, libre, igual y secreto del voto, mediante el engaño, la manipulación, el despojo, el entorpecimiento, e incluso, la violencia.

Ahora bien, es importante señalar que cada una de las algunas de las patologías electorales más regulares que aquí se describirán, tienen una sanción en el Código Penal Federal, por lo que son susceptibles de denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (sí, aquella del chistecito promovido por la institución misma con lo de “denúncialo ante la Fepade”), por lo que no se debe dudar en que si las observa, obtenga la mayor cantidad de pruebas posibles para respaldar su exhibición.
                                                                                                                                       
Entre las más conocidas y sintetizadas del “Tratado de Derecho Electoral” están:
                                                                                                                                                  
·         El célebre acarreo: Identificado con la coacción del voto; el acarreo electoral es la transportación de trabajadores de una dependencia o empresa a la urna, para que voten por un candidato en específico.
·         Anulación del voto: Terminada la jornada y a la hora del escrutinio, la anulación del voto se da tachando la boleta en el espacio destinado a otro candidato o coalición, para que aparezca que votó por varios. En este es importante saber cuáles son las formas habilitadas por el IFE para votar, pues por ejemplo, en el caso de las coaliciones Movimiento Progresista o Compromiso por México, tachar los tres partidos o dos, respectivamente, sí representa un sufragio válido.
·         ¡Se cayó el sistema!: Ya sabemos la historia: fraude cibernético con el fin de alterar las actas de los resultados electorales.
·        Carrusel (y no el de la novela ochentera): De los más conocidos, el carrusel o “tío vivo” consiste  en la circulación del mapache por varias casillas para votar repetidamente por un mismo candidato. Es normal en esta práctica que se dé mediante el uso de varias credenciales de elector.
·          Fraude del padre Amaro (o “¡aguas con el Opus!”): Aumentan las misas en la fecha de la elección y durante la homilía se “pide” votar por determinado partido y/o candidatos.
·     Operación tamal: Desayuno con tamales y atole (con el dedo) para un grupo de electores, quienes después asisten a la casilla para votar por el candidato “patrocinador” del manjar.
·       Ratón loco: Alteración de listas nominales para que un elector (de conocida preferencia electoral) vaya de casilla en casilla “buscándose” y nunca se encuentre, chocándose de hacerlo y quedándose sin votar.
·    Resurrección de los muertos: No hace falta explicación. Sólo espero que mi tío Egúmeno (1923-2001) prefiera abstenerse de votar…
·       Robo de urnas: Derivan principalmente de las encuestas de salida, las cuales al revelar una preferencia, dan razón para el robo de urnas y se altere el resultado de la casilla.
·      Robo hormiga (o la discreta): “Unidad mínima de robo” que se da cuando una casilla está “reñida” y se recurre al agrandamiento de la ventaja de un candidato en específico a través de pocas boletas anuladas a propósito y durante el escrutinio.
·      Tacos de votos (o la tempranera): Una boleta marcada previamente sirve de tortilla y “unas cuantas más” de relleno para el taco, cuyo depósito en las urnas se realiza regularmente al principio de la jornada y “alimenta” la votación a favor de un candidato.
    Tianguis de votos: La dádiva en su máxima expresión, justo antes de entrar el elector a la casilla.
·    Tianguis de credenciales: Los principales afectados son las los electores de bajos recursos, a quienes durante las campañas -e incluso un día antes de la elección- se les “recogen” las credenciales de acuerdo con su preferencia, para que no voten por el candidato rival.
·      Tinta deleble: Cambiar la tinta y poner una que se pueda quitar lavándola, facilitando la múltiple votación de una o varias personas.
·    Terrorismo electoral: Guamazos, pleitos y macanazos en las inmediaciones de una casilla, con el objetivo de atemorizar y proceder con su cierre, junto con la anulación de los votos que se registren en ella.
·     Urnas Embarazadas: Consecuencia de prácticas de las que sobresale el “taco de votos”.

SUI GENERIS
Así pues, maneras sobran para proceder con el o los fraudes electorales, por ello es vital considerar cada procedimiento, compartirlo y entonces sí, en un acto informado-compartido, se apueste por la democracia gracias a la participación de todas y todos, combatiendo a estos animales (y no por lo de mapaches). ¿Cómo la ve?



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