Miguel
Ángel Gómez Polanco
Vaya
espectáculo que nos tuvimos que fumar los mexicanos con el primero de los dos
debates organizados por el IFE, donde los aspirantes presidenciales dejaron en
claro la crisis de las alternativas con las que cuenta la sociedad para elegir
el rumbo del país en los próximos seis años.
Y es que después del “debate sobre
el debate”, las televisoras y los formatos, la expectativa generada por lo que
se esperaba fuera un encuentro de propuestas y explicación de los “cómos” se
resolverán las problemáticas del país, la realidad de éste se centró en tópicos
como la manipulación y exhibición de los puntos débiles que la suspicacia ha
señalado en cada candidato, haciéndolos oficiales a través de jugarretas
dirigidas a la diversificación de la opinión pública.
En este contexto y haciendo un
sesudo análisis de la postura adoptada por cada uno, se puede concluir
claramente que el candidato priista, Enrique Peña Nieto, nunca estuvo ni estará
preparado para afrontar la presión que origina un escenario donde no lo tiene
todo controlado, por más facilidades que se le otorguen.
La facilidad con que fue involucrado
en el juego de la descalificación por parte de Andrés Manuel López Obrador, fue
evidente e hizo palpable la estrategia del tabasqueño: desestabilizar al copete
más famoso del mundo e imposibilitarlo para retomar el ritmo en la exposición
de propuestas. Acto seguido, la pulcritud (o actitud plana) de Josefina Vázquez
Mota, motivó la sospecha del acuerdo ipso facto entre azules y amarillos para
evidenciar la incapacidad del de Atlacomulco y acaparar al mercado de los
indecisos, quienes con un porcentaje por encima del 30 por ciento, serán,
indudablemente, los que decidan la elección el próximo 1° de julio.
No obstante el ridículo en el que
hicieron quedar los “impúdicos” Josefina y Andrés Manuel a Enrique Peña Nieto,
el plus lo aportó el “redentor de peralvillo”; Gabriel Quadri de la Torre,
quien en su estatus de “impelable”, aprovechó las malversaciones de sus
adversarios y propuso, aunque por momentos parecía que las soluciones para el
México del que hablaba, provenían más de una ficción al estilo de George Orwell
y no del país atemorizado y harto en el que vivimos.
Irónicamente destacó la indiferente
plataforma de Chepina, quien pide a gritos el apoyo de su presidente y apostó
por detallar las estrategias de continuidad que don Felipe ha promovido en el
país, olvidando que a quienes debía convencer era a quienes precisamente están insatisfechos
con éstas: los ciudadanos.
Por su parte, el “Peje” dejó a un
lado su propuesta, conocida por todas y todos, pues no era para platicarla en
un debate. El chiste era provocar a un indefenso Peña Nieto, incluso a costa de
“recuerdos” que le podrían perjudicar, como la nueva ventilada de los casos
Bejarano, Ponce y Godoy, a cambio de Salinas, Montiel y el legado de corrupción
priista; algo que también es recontrasabido
y, por lo tanto, no representaba gran preocupación para el candidato que vive
su idílico segundo aire.
Así pues, ya curados de espanto por
este primer debate y a la espera de que el IFE siga con sus ocurrencias -como
la insistencia en el conteo rápido-, nos preparamos para el detonante segundo
encuentro en el que seguramente la estrategia no variará mucho de parte de
algunos, salvo del priista, quien deberá pensar mejor en cómo responde a los
ataques o, en su defecto, mejor ni responderlos para que no se lo chamaqueen; Josefina tendrá que mejorar
su postura y falta de carisma; Andrés Manuel, medir su diplomacia de arrabal y
dar el tiro de gracia; mientras que Quadri tendrá que redoblar esfuerzos para
caer bien y definir el anhelado dos por ciento para conservar el registro de la
Gordillo y el séquito que la acompaña.
SUI GENERIS
El
artículo 119, inciso B del Código Federal de Instituciones y Procedimientos
(Cofipe) habla sobre las facultades que posee el IFE para pedir a las
instancias federales, estatales y municipales su intervención en las tareas que
competen al Instituto. La pregunta entonces es: ¿cuál de estos niveles facilitó
el contacto con el magnate Hugh Hefner para que les pusieran como edecan a una
exconejita, convertida ahora en Miss Democracia?
Ya sea como distractor o herramienta
de venta para un encuentro del que no se esperaba contar con el potencial
dicharachero de un cero a la izquierda como Gabriel Quadri; la playmate Julia
Orayen hizo las veces de refuerzo en un debate que, tal como se esperaba, estuvo
alejado de los temas que debieran ser de interés para los mexicanos, para
quedar en un burdo espectáculo que evidenció las pobreza en las preferencias
del electorado, quien en todo momento –y aunque en algunos, desde lo profundo
de su ser- gozó los ataques y las descalificaciones, dejando para mejor ocasión
la selección de una moderadora para este tipo de dinámicas, siendo Laura Bozzo,
tal vez, la mejor para ello.
Dicho lo anterior, justifico lo que
seguramente estará pensando usted: ¿por qué este tipo no toca un tema
trascendental como la deprimente situación del periodismo en Veracruz? A lo que
le respondo con absoluta sensatez: Ya sea por miedo o por moda, dejo a un lado
este tema, para dar paso a la farándula que llamamos democracia en nuestro
país, pues en nuestro estado, ya tenemos una “comisión” que se encargará de
proteger a los que nos dedicamos a este noble pero peligroso oficio y con eso
nos quedamos (aunque no queramos) por el momento.
Twitter: @MA_GomezPoloanco
Facebook: Miguel Ángel Gómez Polanco
Correo electrónico: magomezpolanco@gmail.com
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