lunes, 7 de mayo de 2012

VÍA CRÍTICA / Del debate y Miss Democracia


Miguel Ángel Gómez Polanco

Vaya espectáculo que nos tuvimos que fumar los mexicanos con el primero de los dos debates organizados por el IFE, donde los aspirantes presidenciales dejaron en claro la crisis de las alternativas con las que cuenta la sociedad para elegir el rumbo del país en los próximos seis años.
            Y es que después del “debate sobre el debate”, las televisoras y los formatos, la expectativa generada por lo que se esperaba fuera un encuentro de propuestas y explicación de los “cómos” se resolverán las problemáticas del país, la realidad de éste se centró en tópicos como la manipulación y exhibición de los puntos débiles que la suspicacia ha señalado en cada candidato, haciéndolos oficiales a través de jugarretas dirigidas a la diversificación de la opinión pública.
            En este contexto y haciendo un sesudo análisis de la postura adoptada por cada uno, se puede concluir claramente que el candidato priista, Enrique Peña Nieto, nunca estuvo ni estará preparado para afrontar la presión que origina un escenario donde no lo tiene todo controlado, por más facilidades que se le otorguen.
            La facilidad con que fue involucrado en el juego de la descalificación por parte de Andrés Manuel López Obrador, fue evidente e hizo palpable la estrategia del tabasqueño: desestabilizar al copete más famoso del mundo e imposibilitarlo para retomar el ritmo en la exposición de propuestas. Acto seguido, la pulcritud (o actitud plana) de Josefina Vázquez Mota, motivó la sospecha del acuerdo ipso facto entre azules y amarillos para evidenciar la incapacidad del de Atlacomulco y acaparar al mercado de los indecisos, quienes con un porcentaje por encima del 30 por ciento, serán, indudablemente, los que decidan la elección el próximo 1° de julio.
            No obstante el ridículo en el que hicieron quedar los “impúdicos” Josefina y Andrés Manuel a Enrique Peña Nieto, el plus lo aportó el “redentor de peralvillo”; Gabriel Quadri de la Torre, quien en su estatus de “impelable”, aprovechó las malversaciones de sus adversarios y propuso, aunque por momentos parecía que las soluciones para el México del que hablaba, provenían más de una ficción al estilo de George Orwell y no del país atemorizado y harto en el que vivimos.
            Irónicamente destacó la indiferente plataforma de Chepina, quien pide a gritos el apoyo de su presidente y apostó por detallar las estrategias de continuidad que don Felipe ha promovido en el país, olvidando que a quienes debía convencer era a quienes precisamente están insatisfechos con éstas: los ciudadanos.
            Por su parte, el “Peje” dejó a un lado su propuesta, conocida por todas y todos, pues no era para platicarla en un debate. El chiste era provocar a un indefenso Peña Nieto, incluso a costa de “recuerdos” que le podrían perjudicar, como la nueva ventilada de los casos Bejarano, Ponce y Godoy, a cambio de Salinas, Montiel y el legado de corrupción priista; algo que también es recontrasabido y, por lo tanto, no representaba gran preocupación para el candidato que vive su idílico segundo aire.
            Así pues, ya curados de espanto por este primer debate y a la espera de que el IFE siga con sus ocurrencias -como la insistencia en el conteo rápido-, nos preparamos para el detonante segundo encuentro en el que seguramente la estrategia no variará mucho de parte de algunos, salvo del priista, quien deberá pensar mejor en cómo responde a los ataques o, en su defecto, mejor ni responderlos para que no se lo chamaqueen; Josefina tendrá que mejorar su postura y falta de carisma; Andrés Manuel, medir su diplomacia de arrabal y dar el tiro de gracia; mientras que Quadri tendrá que redoblar esfuerzos para caer bien y definir el anhelado dos por ciento para conservar el registro de la Gordillo y el séquito que la acompaña.

SUI GENERIS
El artículo 119, inciso B del Código Federal de Instituciones y Procedimientos (Cofipe) habla sobre las facultades que posee el IFE para pedir a las instancias federales, estatales y municipales su intervención en las tareas que competen al Instituto. La pregunta entonces es: ¿cuál de estos niveles facilitó el contacto con el magnate Hugh Hefner para que les pusieran como edecan a una exconejita, convertida ahora en Miss Democracia?
            Ya sea como distractor o herramienta de venta para un encuentro del que no se esperaba contar con el potencial dicharachero de un cero a la izquierda como Gabriel Quadri; la playmate Julia Orayen hizo las veces de refuerzo en un debate que, tal como se esperaba, estuvo alejado de los temas que debieran ser de interés para los mexicanos, para quedar en un burdo espectáculo que evidenció las pobreza en las preferencias del electorado, quien en todo momento –y aunque en algunos, desde lo profundo de su ser- gozó los ataques y las descalificaciones, dejando para mejor ocasión la selección de una moderadora para este tipo de dinámicas, siendo Laura Bozzo, tal vez, la mejor para ello.
            Dicho lo anterior, justifico lo que seguramente estará pensando usted: ¿por qué este tipo no toca un tema trascendental como la deprimente situación del periodismo en Veracruz? A lo que le respondo con absoluta sensatez: Ya sea por miedo o por moda, dejo a un lado este tema, para dar paso a la farándula que llamamos democracia en nuestro país, pues en nuestro estado, ya tenemos una “comisión” que se encargará de proteger a los que nos dedicamos a este noble pero peligroso oficio y con eso nos quedamos (aunque no queramos) por el momento.



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