jueves, 27 de diciembre de 2012

VÍA CRÍTICA / 2013: a tres años


Columna interactiva

Miguel Ángel Gómez Polanco

Las lecciones del año que finaliza han sido, además de vastas, duras y con dejos de reflexión tan fuerte, que resulta imperante acatarlas en pos de aprovechar las oportunidades que se ofrecen con ellas.
En el aspecto electoral, hemos sido testigos del regreso tricolor a Los Pinos; hecho cocinado con varios años de antelación y antecedido por una alternancia fructífera en el entorno socio-político de la Nación, que sin lugar a dudas ha sentado importantes precedentes en la búsqueda de una democracia ideal, con todo y el linchamiento que este paradigma traiga consigo.
Para Veracruz, el 2012 marcará un año de claroscuros muy notorios; entre las fallas en la operación política para el priismo de Peña Nieto y los aciertos logrados vía coordinación fraterna y efectiva en el tema de la seguridad; la entidad se embarca en una compleja tarea para el apoyo incondicional y concreción de las iniciativas del jefe del Ejecutivo; un tanto para aminorar la presión de los grupos que han encontrado debilidad para el manejo comicial por parte del gobierno estatal y, por otro lado, para alcanzar los objetivos plasmados en el Plan Veracruzano de Desarrollo presentado por Javier Duarte de Ochoa y que hasta el momento, ha alcanzado resultados aceptables.
Pero no hay que olvidar que el año venidero también es determinante en lo que a la renovación de la gubernatura veracruzana se refiere; justo a la mitad del sexenio, se trata de un punto donde se encuentran la experiencia del la elección federal del 2012 y la evaluación del trabajo de quienes han apostado por un proyecto a largo plazo, con la mira puesta en el 2016.
En este contexto, hay tres generaciones que están plenamente reveladas y de donde podría salir quien suceda al cordobés que ahora gobierna. ¿Quiénes son? Ahí le va:
Generación “F” (o: la que ya late con fuerza propia): sólo dos se mueven en el delfinario. En Tuxpan, las alabanzas al delfín mayor están a tope; escuelas, las más beneficiadas con infraestructura y entrega de apoyos. En Boca del Río, trabajo efectivo enfocado al turismo. Se anuncian dos hoteles más y el respaldo a las políticas del presidente es absoluto (Fenamm incluida); ¿quién da más? Mientras, en Veracruz-puerto ya les urge que se acabe la desastrosa administración municipal actual, llena de contratiempos e inexperiencia plasmada en acciones impositoras, valiéndose de la falsa autoridad que goza su alcaldesa. Por lo tanto, el nombre del mejor perfilado en este grupo es____________________.
Generación “Y”: Tres Senadores se apuntan en este nicho de experiencia irredenta, salvo uno que hereda una no tan “galardonada” y matizada por una camaleónica habilidad para el arrabal.
Con tres comisiones que son factor para el estado que guarda Veracruz en estos momentos (Hacienda, Protección Civil y Defensa Nacional); dos de estos “ye” avanzan; uno, con la gestión de mayor presupuesto para Veracruz (en el orden de los 90 mil millones de pesos; casi 10 más que el año que finaliza y conforme a lo solicitado por el gobernador Javier Duarte), mientras que en el tema de Protección Civil, se establece una línea de liderazgo acorde con lo planteado por el Ejecutivo estatal desde la comisión que preside éste, pero en la Conago, a través del fortalecimiento de mecanismos que garanticen un mejor funcionamiento en el rubro, desde la instancia municipal, pasando por la mejora y actualización de los Atlas de riesgo, hasta el manejo correcto del Fonden; esto último, con el fin de olvidar el estatus de “talón de Aquiles” que lo caracterizó durante toda la administración federal panista.
No obstante, el más joven de ellos ha “aprovechado” su tiempo en replicar la dedicación de su padre: denunciar y pedir explicaciones sobre gastos que, al rato, se le voltean por la larga lista que abarca el legado que posee, en el cual se encuentran amistades non gratas (con las siglas del SNTE), así como desfalcos en el ISSSTE. Así pues, quien mejores oportunidades de aspirar en esta generación es______________________.
Generación “X” (nada que ver con Malcolm; de hecho, es “equis” tal cual): esta sección tiene una única y máxima expositora que ha hecho de la frase “gracias al señor gobernador” el espejo de sus intenciones.
Líder de los procedimientos populistas más añejados de esa truculencia política que muchos anhelan ver desaparecer por completo; algunos la tildan de “astuta”, aunque en el fondo sea el cinismo su mejor recurso, pues “el guardadito” que tenía para los brochazos que ella denomina “rescate de espacios públicos”, hacen de su “vistosa” labor un cúmulo de actos que piden a gritos el respaldo del gobernador para considerarla en su selecta lista en el delfinario.
¿Le alcanzará? Dudosamente. Por ello, sus posibilidades se han visto limitadas, aunque lo que hace para expandirlas, ha dado a Duarte de Ochoa la credibilidad que a ella le hace más falta.

SUI GENERIS
Podríamos hablar de una cuarta generación no muy alentadora, de donde saldrán –quizás contra cualquier pronóstico- los adversarios de un fortalecido priismo que hará todo por reivindicarse en Veracruz, luego del descalabro que les propinó Josefina Vázquez Mota en el 2012.
            Este grupo intentaría emular lo que logró, sobre todo, Rafael Moreno Valle en Puebla, mediante alianzas impensables y hasta políticamente incorrectas, aunque a nivel nacional, no estén todos de acuerdo. Así, entre fracturas y denuncias de unos y otros, competirían en un albur de elección, como lo significa para ellos el 2013.
Por eso, mejor ni nos adelantamos, pues de entrada, el maiceo en este selecto grupo de opositores está grueso y se pueden dar muchas sorpresas, comenzando por los apellidos Delgado y Robles ¿o usted cómo ve?




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jueves, 1 de noviembre de 2012

VÍA CRÍTICA / Regina: ¿no’más la puntita?


Por Miguel Ángel Gómez Polanco

La vieja usanza está de regreso, no hay duda. ¿Y sabe qué es lo peor, amiga y amigo lector? No estaría tan mal, si por lo menos se revolucionaran las “técnicas” y las hipótesis del cinismo fuesen descartadas con acciones funcionales, efectivas.
            "Quien predica doctrinas que sabe falsas a hombres que sabe idiotas; ese es un demagogo", decía el escritor estadounidense Henry Louis Mencken, para definir a todo aquel que acude a esta anticuada estrategia de comunicación, adoptada por la clase política y tatuada a través del mercado de utopías lejanas al ideal democrático que México requiere; tan contemplativas y desesperanzadas, que ni Marx hubiese podido darle un giro a la terquedad en que se fundan.
            Esta “terquedad” radica en el non grato deseo de cultivar, cosechar y cautivar a un público mayoritario, maleable, desamparado y meramente cosificable “para los fines que al interesado convengan”, haciendo que de su vulnerabilidad deriven los instrumentos necesarios para perpetuarse en el poder. A este instrumento en nuestro país, se le llama “voto”.
            Bien decía Juvenal: al pueblo “pan y circo”, aunque de a poco destaque un cambio precisamente en el receptor de los mensajes de los últimos tiempos: la sociedad, cuyo actuar se involucra gradualmente en un análisis que ya da sus primeros frutos. Las extrañas coincidencias de los discursos provenientes del sistema, entroncan con las dudas generadas por el hartazgo, dando como resultado que la demagogia encuentre un punto crítico del que ha logrado salir airosa, pero quizás no por mucho tiempo.
Pero hay algo más preocupante: la desfachatez mostrada para ubicar en el tiempo las explicaciones, tan próximas entre acontecimientos afines y con modos de decirlas muy poco ortodoxos, promoviendo un vocabulario lacerante y prácticamente etiquetador del sector al que se dirigen.
¿Cuál es el objetivo? Convencer y captar el máximo de simpatía con las acciones que provean de certidumbre respecto a la administración pública.
Pero las cosas tarde o temprano cambian ¿lo recordará quien recurre a lo anteriormente explicado? Para muestra, un botón: el caso de la periodista Regina Martínez Pérez; acaecida el pasado 28 de abril bajo circunstancias que hoy “esclarecidas” -seis meses después- generan más dudas que tranquilidad.
Tal vez sea porque según la ONU,  mediante la Comisión para Protección a Periodistas, aseguró este mismo año que México ocupa el octavo lugar en el mundo con mayor peligrosidad para ejercer el periodismo. O a lo mejor porque de este insufrible escalafón, subyace el “ostentoso” primer lugar de Veracruz como estado de mayor riesgo para los mismos fines; esto, de acuerdo con Frank Le Rue; relator para la promoción y protección de la libertad de opinión y expresión del mismo organismo.
Ahora bien: aunque estas posibles razones podrían sonar lógicas para dar prioridad al asunto de la corresponsal de uno de los medios más frontales del país, como lo es la revista Proceso; por descarado que parezca, el meollo se encontraría focalizado en otro asunto: la promoción electoral no sancionable, edificada sobre conductas institucionales defendidas por identidades partidistas.
Y es que resulta curioso que, prácticamente horas después del anuncio de la Procuraduría General de Justicia del Estado sobre la captura de Jorge Antonio Hernández Silva, alias “El Silva”, asesino confeso de Regina; en la Conferencia Permanente de Congresos Locales (COPECOL), el diputado priista y también presidente del Congreso local, Eduardo Andrade Sánchez, haya declarado que en breve (una semana después, a partir del cinco de noviembre) se podría aprobar la Comisión de Protección a Periodistas, como parte de los trabajos con los que se abrirá el Segundo Período de Sesiones Ordinarias de la Legislatura veracruzana.
Asimismo, “el político de la voz galante” indicó que existe interés de otras entidades por copiar el modelo “pionero” que adoptó Veracruz para garantizar la seguridad del periodista.

SUI GENERIS
¿Habrá jugado el “destino” a favor o la captura del “malviviente Silva” y la concreción de la Comisión y para la Protección a Periodistas son un marco populista para lograr tener al gremio a la expectativa y con amplias posibilidades de aliarlos, de cara al proceso electoral del año venidero? Quién sabe. Dijera mi abuelo: ese ya es un “supositorio”.
            Lo que sí es un hecho es que este contexto, sumado al aquelarre de la casa del Ejecutivo estatal denunciada por Miguel Ángel Yunes Linares, así como la inhóspita obra pública que el ayuntamiento xalapeño está por realizar en zonas “visibles” como la Avenida Rafael Murillo Vidal, parecieran formar parte del aparato populista que honraría las palabras de Juvenal; con un circo cuyo objetivo es posicionar colores.
            Es aquí cuando la pregonada renovación priista debe entrar en acción, no permitiendo que su bandera tricolor luzca de formas tan inverosímiles y procurando ejercer una demagogia propositiva (sí, así como lo leyó: propositiva, porque sí se puede).
¿O qué? ¿Tan pronto dejarán que los críticos de la regresión tengan razón? Ojalá que no, pues de lo contrario, podríamos decir que el caso de Regina es tan sólo “la puntita” del iceberg que esconde bajo las aguas una potente maquinaria que invitará, con la alegórica etiqueta de “vamos a popular”, a un pueblo todavía indefenso para que forme parte de un sistema viejo que una vez más quebrantará la posibilidad de alcanzar una democracia verdadera o ya de menos, funcional, y que desde luego, seguirá avivando una tendencia mundial desatendida en México, como la legitimación de los derechos humanos. ¿O usted qué opina, amiga y amigo lector?




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jueves, 25 de octubre de 2012

VÍA CRÍTICA / Un Leviatán "sin filtro"


Por Miguel Ángel Gómez Polanco

La insurgencia es un albur cuando no se tienen bien sustentados los ideales, quedó comprobado. El “monstruo” de la pantalla, la imagen e identidad aspiracional, puede romper con cualquier esquema planteado para infundir pensamientos, dando el giro equivalente a una “traición”, incluso cuando la intención sea otra.
            Lo preocupante, al final, es la concepción de los movimientos insurgentes en un país carente de orientación democrática, cuyo fundamento se basa más en características anti-sistema, que en un fomento de la actitud propia de un país educado en el tema.
            Ejemplos hay de sobra; la historia habla por sí sola. Francia y su racionalización de la democracia, dándole un cauce reformador; Estados Unidos y la adecuación empírica, restauradora pero continua; ambas partiendo de estallidos revolucionarios como los de 1789 y 1776, respectivamente.
            Pero ¿México? ¿A qué le tiran los insurrectos que abogan por expresiones ambiguas como la “democratización los medios de comunicación”, cuando ni siquiera poseen un ideal democrático (y por ende, racional) o ya de menos, empírico?
La respuesta es fuerte y lastimosa: la democracia para gran parte de la juventud mexicana es entendida, no como “la igualdad que nos hace libres”, sino como la libertad para igualar a los tienen el poder. ¿Quiénes lo tienen? Habría que preguntárselo a los integrantes del #YoSoy132, ahora conocidos por sus filias vandálicas, poses de intelectual mocho y con una fuerte tendencia a convertirse en parte de las corrientes ideológicas, más no en una corriente misma que represente la vanguardia democrática que necesita el país.
            Ya no es raro que se den hechos como los suscitados en las oficinas de la representación del estado de Michoacán en el Distrito Federal, donde encapuchados tomaron las instalaciones como medida de reclamo por lo acontecido en aquella entidad con normalistas. Éstos se identificaron como integrantes del movimiento #YoSoy132, en una clara muestra de la confusión respecto a la disidencia que el fenómeno sugería en un principio y que tenía como finalidad primaria la dignificación de la democracia.
            Asimismo, tenemos el caso de Antonio Attolini; estudiante del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y exvocero cientotreintaydosezco que no pudo con el “enemigo” y se le unió, formando parte del show y cayendo en las especializadas herramientas de reclutamiento farandulero que posee Televisa, como panelista del flamante programa de análisis “Sin Filtro” a transmitirse los domingos en el canal ForoTV y en el que también participará Genaro Lozano; quien fuera moderador del debate presidencial organizado por el movimiento en cuestión.
            En este sentido, está demás que el “emperador de San Ángel”, Emilio Azacárraga Jean, haya salido en defensa del programa de debate en cuestión, argumentando una inconformidad total de quienes criticaron la incursión de Attolini en “Sin Filtro”, no obstante la “apertura” a la opinión que, dice él, ofrece su empresa. De cualquier manera, la estrategia funcionó al captar el interés de quien ostentaba como uno de los rostros más conocidos del #YoSoy132, que aunque carente de liderazgos reales, lo consideraba como figura representativa.
            Aquí lo realmente importante es la diversificación de objetivos que inundan las filas del movimiento, carentes a toda luz de metas comunes que permitan considerarlo fuera de la naturaleza politizadora que caracteriza al país y, por lo tanto, poseedor de una cualidad creíble en su discurso, hoy transformado en una revelación del estatus ético de la juventud nacional.

SUI GENERIS
Así es: a los #YoSoy132 les dieron “attolini con el dedini” y, de paso, se le proporcionó a la opinión pública mayores herramientas de crítica hacía un fenómeno social insustentable que pone en riesgo su esencia socialmente reformadora e inequívocamente necesaria.
            De haber sabido que varios "intelectuales" del #YoSoy132 como Attolini lo único que querían era sustituir a los "intelectuales" de Tercer Grado. ¿Qué sigue? ¿Un programa de revista para López Obrador en la televisora de Carlos Slim?
            El concepto de la democracia en México está en crisis y mientras, el que Hobbes podría llamar con facilidad “Leviatán del Periférico”, continua su labor de acaparamiento; ese que ni el más “anti” podrá derruir si no se replantean los ideales en los que se fundan, empezando por lo básico, como eliminar este prefijo y, quizás, cambiarlo por alguna preposición como “pro”. ¿O usted qué opina?



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lunes, 8 de octubre de 2012

VÍA CRÍTICA / ¿Democracia "tercermundista"?


Miguel Ángel Gómez Polanco

"La gente talentosa y trabajadora son los pies de Venezuela, no un presidente, ni un alcalde, ni un gobernador"

-Anonymous 


"Demos", pueblo; "kratos", poder. El pueblo posee el poder para gobernar y ser gobernado. Venezuela, un ejemplo. Si ganó Hugo Chávez, es lo de menos. El interés y la participación ciudadana, es el comienzo de la democracia. Sencillo; sin complicación.
            Y sí: quizás se trate de una nueva reelección para quien ha hecho de la economía nacional un albur basado en la repartición de recursos -principalmente provenientes del petróleo- entre sus países aliados; esos que aún creen en la legitimidad del socialismo como postura favorable y no como un desgastado discurso globalifóbico que combate a otro igual de anticuado y recurrente de la colonización en pleno Siglo XXI, denominado “capitalismo”.
         Es más: si de "dictaduras perfectas" hablamos, como aquella que decía Vargas Llosa; la de Venezuela lo es: poder perpetuado, séquitos, manipulación y –agrego- creencias bolivarianas promotoras del radicalismo; pero con una enorme diferencia: la participación ciudadana en absoluta democracia.
     No obstante, hoy en día este concepto –el de la democracia- ha dejado de lado la racionalidad francesa derivada de la revolución de 1776 en aquel país, para convertirse en un tópico que apuesta a lo funcional, convirtiéndola en una sistematización de conductas y pensamientos que se decantan en los que, hoy por hoy, son considerados su base primordial: los ideales.
        De hecho, es esto lo que sobresale del proceso vivido en Venezuela el pasado domingo y que quizás en México aún falta, más que comprender, redimir.
       Ni medidas que pretenden garantizar legitimidad al Estado como el voto obligatorio sancionado (practicado en algunos países de AL con diversos niveles de desarrollo como Honduras, Paraguay, Argentina, Brasil, Uruguay o Chile; mientras que en México, es referido constitucionalmente en el Artículo 36 como una “obligación ciudadana”) han logrado potenciar la consolidación democrática, como en este caso sucedió en Venezuela.
       Lo mismo sucede del lado ciudadano, con el establecimiento o replanteamiento de la democracia “propuesta” por el movimiento #YoSoy132, cuya metodología coincide con los manuales de resistencia exclusivos para el derrocamiento al estilo del filósofo norteamericano Gene Sharp; pero no promueven el fomento de un ideal democrático palpable.
       Entonces ¿qué nos diferencia con un país considerado de tercer mundo en el ejercicio de una democracia participativa de tal magnitud?

SUI GENERIS
Ensimismados en un poder que aparentemente los aleja de un progreso efectivo como país -sobre todo considerando los estándares que hoy en día exige América Latina-, Venezuela demostró este domingo que confía en las instituciones y en los procesos que se realicen para su renovación o permanencia -tal como lo hizo en un pasado reciente (2004) por la vía del Referéndum-, postulando, además, a un líder opositor para el futuro en la persona Henrique Capriles, quien no faltando a la conducta mencionada, aceptó con honor la derrota y con seguridad fungirá como estandarte para posteriores comicios.
        Por eso, amiga y amigo lector, soy capaz de decir que el día que México alcance un 80 por ciento de participación electoral como en aquellos lares, le pondré un altar al Consejero Presidente en turno, pues significará que la conciencia sobre el potencial del pueblo y nuestras creencias, sean rojas, azules, amarillas o de cualquier color que presuman las demás rémoras políticas, habrá triunfado, por encima del arrabal y el espectáculo que pareciera vital en la toma de una decisión para nuestro país, inspirado por las propias instituciones y figuras de la política nacional, secundados por los medios de comunicación y la misma sociedad.
         Después de todo, algo es indudable: en  toda ideología hay algo rescatable y susceptible de adopción para integrar un criterio verdaderamente democrático o por lo menos, ideal. Mientras ¡yo invito las arepas con frijoles!






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lunes, 9 de julio de 2012

VÍA CRÍTICA / The Last Peje


Miguel Ángel Gómez Polanco

Seguramente usted recuerda aquella fastuosa película dirigida por Edward Zwick (Blood Diamond; 2006) y protagonizada por Tom Cruise y Ken Watanabe, en la que el primero interpreta a un militar degradado llamado Nathan Algren, que recibe la encomienda de poner al tiro a un incipiente y débil Ejército japonés, para enfrentar la rebelión del segundo; un samurái de nombre Katsumoto, quien decide aprovechar el débil momento del imperio para restablecer el honor de la cultura milenaria que antecede al país asiático.
            The Last Samurai (El último Samurái) aborda el tema de la revolución cultural, de conciencias y humana que sacudió a la frágil soberanía de Japón, no obstante la hegemonía imperial, desesperanzada y confusa sobre los métodos para restablecer al país.
            Ahora ¿se imagina un entorno similar en México? Guardando sus respectivas dimensiones, la nación atraviesa por un momento que podría ser una perfecta analogía de la temática que toca esta cinta nominada a cuatro Oscars. Ahí le va por qué:
            Luego de un terrible letargo, embalsamado por la desidia ciudadana, reforzado por la ignorancia y mantenido por el abuso de las clases de poder más fuertes; la anhelada transición llegó a nuestro país de la mano de quienes menos se pensaba (pero quienes era más lógico que la emprendieran): los ciudadanos.
            El despertar de la sociedad dio un giro inesperado que, a diferencia de hace seis años, ahora parece tener alma propia; no como títeres de la rebelión y el mitote que tomó Reforma y violó la Constitución con su nombramiento, algo que, no obstante, resultó para que se concibiera una idea diferente respecto a la exigencia de democracia, pero afectó a muchas y muchos también.
            Y esto fue tan sólo el comienzo. No se puede defender lo indefendible: lo que se afianzó en la Ibero no es reciente; fue el resultado de un plan perfecto de la izquierda mexicana para capitalizar un movimiento paralelo, cuyos orígenes concretos fueron en el 2006 y que sirviera de cimiento de cara al 2018, año para el que ya se tiene un proyecto claro que, incluso en este mismo año, pudo dar la sorpresa, pero se decidió aguardarlo para dejar actuar al dragón ciudadano. Esa era la tirada, ya que la izquierda no hubiera aguantado otro "presidente legítimo".
            Así pues, Andrés Manuel López Obrador tenía que cobrar factura y hacer válida su larga campaña de un sexenio, lo cual las convalecientes tribus izquierdistas comprendieron y lo apoyaron, aunque fue él quien trabó muchas de las alianzas que pudieron dar poderío al renacimiento de la que hoy vuelve a ser la segunda fuerza política del país, dejando hasta el tercer lugar al empinado panismo.
               Para bien o para mal, Andrés Manuel significa un ícono que en estos momentos está en decadencia, por lo que la izquierda lo respaldó institucionalmente en su último chance, conscientes del poder de convocatoria e irredento significado de ello, pero con sus respectivas reservas, ya que el apoyo real de esta corriente está siendo apoyado por la necesidad de cambio que los #YoSoy132 comenzaron y que ahora se ha contagiado en una sociedad organizada, pero aún en ciernes.
            De esta manera, AMLO, cual Nathan Algren, “preparó” al país para exigir, estructurarse y formar parte de un frente común contra el poderosísimo PRI; sinergia futura en la cual se integrará el PAN y que tendrá su primera prueba de fuego en el 2015 con la renovación de varias gubernaturas, en las que seguramente, si no sucede algo extraordinario, se implementaría algo como lo que en el estado de Puebla, bajo la figura de Rafael Moreno Valle, se obtuvo y ha dado resultados, no importando lo “impúdico” que sea la conjunción entre izquierda, derecha y sociedad.
            Por ello se deduce que el PRI tiene ante sí el reto más grande como institución: cumplen con la gente y rellenan entre todos el hueco que representará Enrique Peña Nieto como persona y futuro gobernante, o se las empezarán a ver negras (amarillas o azules) dentro de tres años, pues ya existen focos rojos en varias entidades como Veracruz, donde la labor de Javier Duarte de Ochoa para nada garantiza la continuidad del tricolor, pues su labor ha sido duramente criticada (incluso a nivel internacional), sumado a que no cumplió con la cuota de votos para las presidenciales y se hizo amigo de un Calderón que hace poco le dijo “bye, bye” a la hermandad.
Asimismo, aún cuando existen cartas verdaderamente fuertes y con alto grado de garantía para el PRI, no las pela -como los dos senadores electos, por ejemplo- y exhibe una vez más de su inexperiencia y terquedad considerando hasta el momento a los alcaldes de Tuxpan y Boca del Río como sus “delfines” más probables.

SUI GENERIS
La mesa está puesta y ahora sólo resta dejarle al tiempo la gran pregunta: ¿confirmará México que es un país de “modas” o demostrará que sí tiene convicciones?
            Este cuestionamiento, dirigido al descontento colectivo, ya tiene un líder que aguardará para su respuesta; alguien que de la mano de toda la caballería partidocarática opuesta al PRI y de los “indignados” mismos, hará hasta lo imposible por echar para abajo las aspiraciones a largo plazo del tricolor. Se llama Marcelo y -dicen los que saben- es el "Plan B” para el 2018, porque el "A", siempre fue el pueblo mexicano. ¿Ah verdad?



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domingo, 24 de junio de 2012

VÍA CRÍTICA / “Hasta pronto” Vía Crítica (o malditas elecciones)


Por Miguel Ángel Gómez Polanco

Sí, leyó usted bien: “malditas elecciones”. El proceso de supuesto cambio que experimenta cada seis años el país, ininterrumpidamente desde 1943, está a punto de acabar, gracias a Dios.
            La etapa en la que México demostró la secrecía de una división, quizás aletargada; despertó para elevar al máximo las pasiones y engendrar atípicas situaciones que hoy tienen al país al borde la ebullición.
            Esto, en lo que cabe, no es malo. La conciencia colectiva de una mayoría controlada por años, ahora cuenta con mayores herramientas para decidir mejor su porvenir, con la mira puesta en que los próximos procesos se puedan desarrollar en medio de un clima menos hostil y más pensante. Los precedentes sociales “#YoSoy” y sus respectivos contrarrestos, quedarán como el cimiento de la esperanzadora revolcada que anhela un país enfermo, para entonces pasar forzosamente por un proceso de maduración.
            Lo “malo”: los cambios no son inmediatos; quien haya pensado eso hace dos meses, se pasó de ingenuo. La contienda en sí, presentó a las cuatro opciones más decepcionantes de cara al importantísimo y urgente cambio en el país. Fue por esta razón que las movilizaciones ciudadanas resaltaron en un plano electoral escéptico, pobre, banal, triste y desangelado. Nadie quita mérito a los intentos por hacer resurgir la exigencia de un país democrático, pero debemos ser realistas: lo mejor de esta etapa que está a punto de concluir (por lo menos en su fase “regular”) fueron los destellos revolucionarios e insurrectos que sirvieron para contagiar a la nación de lo prioritario para el desarrollo: un mejor manejo de la información.
            Lo otro “malo”: sea quien sea la o el que gane, los 65 mil muertos producto de la “guerra” de Calderón no se compararán con la inquisición laboral que habrá para todos aquellos que apoyaron proyectos diferentes al que ocupe la Silla Mayor y formaron parte de la confrontación que caracterizó el proceso.
            En verdad, amiga y amigo lector: la grilla es inevitable, como también existe la hermandad y correspondencia en los partidos políticos por los apoyos ejercidos persona a persona, cada quien desde su trinchera, cosa que ha dado un poder estructural a algunos para ejercerlo, obtener poder y, además, acrecentarlo.
            Los verdaderos proyectos de nación se construyen partiendo de los aciertos que pueden sustentar un potencial partidista por el bien de la gente en general, aunque ello parta de aparente sesgo a favor de la o las instituciones y sus candidatos.
            ¡Ah! Pero ¿qué fácil es criticar la mega maquinaria priista, verdad? Y peor aún ¿qué hacemos para, sin tener que “descubrir el hilo negro”, tomemos lo mejor del propio PRI, la izquierda y el PAN para el bien común? Nada ¿verdad? No, porque la flexibilidad ideológica es nula en México; todo se resume en agresiones e intereses personales. Yo mismo lo he practicado y sido "víctima" también.
            Así pues, el párrafo anterior respalda el título de este panfleto. Vía Crítica nació como un proyecto editorial que se enfoca a la exposición de situaciones cotidianas en el acontecer nacional e internacional, de una manera –válgase la redundancia- crítica, sarcástica, ácida, libre, responsable, imparcial y sin compromisos informativos, más que con sus lectores.
            Por esta razón he decidido frenar momentáneamente su publicación, con el objetivo de no representar una herramienta más para el ataque a una semana de la elección, apelando por la autocensura de forma más racional y prudente; utilizándola para acabar con el deterioro de las relaciones humanas –propio de un ambiente de catarsis como el que vive el país actualmente- y en busca de que la información se genere sin compromisos pero en un entorno menos violento y más armónico, que le permita a la mexicana y al mexicano discernir entre ataque y crítica constructiva (e incluso evitar el primero).

SUI GENERIS
No, no me volví loco. Quizás me abandone mi familia, me quede sin pareja, sin amigos y sin muchas cosas más por la pasión que deriva de un pensamiento progresista y de cambio que aún no se ve en el horizonte próximo de México, pero que ya presenta señales de compostura. Tal vez, también, temo por mi trabajo y no tener qué comer, por lo que quiero evitar ser bloqueado en las oportunidades fácticas que velan regularmente por la conveniencia y no por la capacidad individual, por lo que “debo” dejar de escribir, lo cual, espero, pueda ser erradicado para dar entrada a quienes de verdad tengan la intención de aportar en común y obtener un beneficio por ello.
            Estas razones son muy válidas para cualquiera, por lo que pido que no se entienda como una “radiografía” de quien escribe estas líneas. Simplemente se ostentan para describir el contexto por el que seguramente varios pasarán después del primero de julio y que estuvieron en contra de quien resulte ganador.
            Así es se “administra” la opinión en México; así se manejan las posibilidades de cada quien, todavía; pero tenemos que cambiarlo. Por eso, pido a quien resulte ganadora o ganador, que tome en cuenta las críticas contra sus intenciones, pasado o partido que la o lo representa, pero que al hacerlo, no signifique una condena sexenaria.
Por mi parte y como ciudadano con la disposición de colaborar a favor de mi país, me comprometo a que el trabajo que haga será propositivo siempre y sin afán de descalificar, confrontar, hacer guerra e imponer mis ideas o las de un color.
            Así que: Josefina, Enrique, Andrés Manuel o Gabriel; ahí está lo que puedo dar y ojalá que ustedes, sea quien sea que gane, integre al país con nuestra ayuda. Pueden tener la certeza de que –a nombre de una gran cantidad de mexicanos- tendrán nuestro respaldo para lograrlo.
            Es hora de hacer de México, uno solo.
Hasta pronto.



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martes, 19 de junio de 2012

VÍA CRÍTICA / Unas cuantas preguntas “cuchicuchi”


Miguel Ángel Gómez Polanco

A estas alturas, estimada y estimado lector, considero prácticamente inútil preocuparse por la terrible guerra sucia en la estamos inmersos los mexicanos. Se trata de una cuestión cultural de la que difícilmente nos desprenderemos, si no empezamos por impulsar el rechazo generalizado evitando ser partícipes de este atentado a la democracia. Lastimosamente, pareciera que nos encanta la alharaca que esto conlleva.
            ¿Qué sigue? Es la pregunta del millón. Las estrategias de polarización siguen aumentando de tono y ya pierden noción del peligro extremo en el que envuelven a quienes participan de ella, mediante la difusión y explotación del hartazgo que hoy en día distingue a la clase electorera contra la ciudadanía mexicana. Las Redes Sociales, de a poco, muestran signos inequívocos de una superficialidad que muchos, quizás, no quisiéramos ver pronto decantada en desinterés ante la falta cimientos.
            En este contexto, el ocaso de expresiones trascendentales como el #YoSoy132, por ejemplo, ya es tangible, debido a la conformación de grupos de choque cuya única intención es a todas luces, “velar” por la desinformación, descalificando su legitimidad. ¿En verdad esta vieja práctica que fomenta ignorancia y confusión, logrará abatir eso que llamábamos ilusionados la “Primavera Mexicana”?
            Por otra parte, la divergencia de posturas políticas enfocadas a promover un falso populismo, también son parte de un dudoso actuar ciudadano que urge identificar, y así, lograr evitarlo.
            Para muestra, el “cuchicuchi” de Josefina Vázquez Mota. Primero hubo quien demerito los alcances de una decisión popular radicada en la conciencia de la juventud, posterior al movimiento concebido en la Ibero. Ahora, la cosificación de la voluntad a través del sexo condicionado en un entorno fácilmente manipulable, deja entrever una clara confirmación de la degradada percepción que tiene la clase política respecto al pueblo, pues una cosa es el chistorete y otra, muy diferente, integrar y mantener esto en un discurso de mal gusto, ya no sólo como signo de mediocridad en la retórica de la aspirante en cuestión, sino como insufrible demostración de pobreza en su propuesta. Llegar a algo así es, en definitiva, jugarle chueco a la democracia y darle “circo” para entretenerla, olvidando sus necesidades, como la que por sí misma sugiere.
            De igual forma sucede con la exposición de la vieja usanza (con matices prácticos y, al parecer, perdurables) representada por la satanizada y conocida dádiva electoral, como la legendaria despensa. ¿Quiénes son los convencidos de esta revelación? ¿Los que conocen de estas prácticas o quienes las reciben y son las verdaderas presas fáciles de la indecisión? ¿Realmente compartimos dicha información con quien más la necesita o sólo la criticamos con cuestionable y egoísta indignación?
      Y del otro: su pasado, la arrogancia, intolerancia, faltas de respeto y socialismo tergiversado, ya no valen lo suficiente para mencionarlo. La partidocracia que caza los espíritus demócratas, convierte en ciego al sordo y viceversa. Está demás abordarlo.
            México ya no da para más, debemos estar convencidos de ello; más de lo mismo, de lo que consabidamente es en detrimento de la dignidad que una vez tras otra, quienes “elegimos” utilizan para hacernos de lo menos, nada.
            Por eso será bueno preguntarnos también ¿dónde radica la verdadera violencia de la que tanto nos quejamos? Si de nosotras y nosotros parten las prácticas que secundan la parafernalia inherente a la ignorancia, con campañas agresivas y ataques infundados que no hacen más que evidenciar nuestro frágil criterio.

SUI GENERIS
Quedan, pues, los anteriores pensamientos encerrados en interrogación para que usted elija cuál responder.
Esta vez y como siempre, la última palabra corresponde a quien se atreva a cuestionarse a sí mismo y descubrir que la falacia regularmente encuentra mejor acomodo en el conformismo generado por la desidia y los elementos que sólo en elecciones aparecen, más no en la historia; aquella que repetimos incansablemente por no conocer. Eso sí me da “cuchicuchi” vivirlo cada seis años ¿a usted?.



Twitter: @MA_GomezPolanco
Facebook: Miguel Ángel Gómez Polanco
Correo electrónico: magomezpolanco@gmail.com

lunes, 18 de junio de 2012

PÁJARO EN MANO / Esa mujer sí me da #cuchicuchi

Miguel Ángel Gómez Polanco


Que las Redes Sociales son una herramienta indispensable en la generación de opinión pública actual, no se puede negar. No obstante, también lo es que resulte un instrumento que proyecta la realidad cultural del país; cosa que a veces, no es muy conveniente.
            En esta ocasión y con el pájaro en mano, abordaremos lo acontecido con la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, quien haciendo uso de la innata habilidad de sus “asesores” para polarizar a través de los modos más impensables, ahora se decidió por el absurdo de bromear y hacer partícipe al país de una nueva idea en su discurso: el sexo condicionado.
            Y es que a la otrora candidata cándida de la derecha, se le ocurrió sentenciar al género masculino de la forma más burda posible, escudándose en un humor casi imperdonable ante la coyuntura que vive el país y que como “chistorete” habría pasado, más no como parte medular en las intenciones de agradar y mejorar su merecido tercer lugar en las preferencias: "Ay de aquellas parejas (hombres) que no vayan (a votar), porque no les hacemos #cuchicuchi en 1 mes". De ese tamaño se la gastó Chepina.
            Pero ahí no paró la cosa. Todos rieron; quizás de incredulidad por semejante petición, o bien, porque la verdad, como chascarrillo, fue bueno. Lo feo: estuvo repitiéndolo en varias plazas donde acudió como parte de su campaña (sobre todo en Xalapa y Tantoyuca, durante su gira por el estado).
Pero después reculó: “Está bien, si van a votar, que haya dos meses de #cuchicuchi”. Válgame.
Como era de esperarse, la red social del pajarito fue el principal depositario de reacciones, entre las cuales se encontraron pensamientos diversos que irónicamente, facilitaron el objetivo de la exdiputada: posicionar ejes de opinión, aunque desafortunadamente, éstos exhibieran, en gran parte, la predisposición del mexicano para participar en la guerra sucia que tanto daño nos hace y fomentar la superficialidad, eso sí, en algunos casos, con mucho ingenio.

Zazil Carreras@ZazilCarreras
@JamesHowlettJr Bueno, cópula, coito, relaciones sexuales, coger, tronchar, revolcarse... O sea, todo es mejor que #CuchiCuchi!

Papel Carbonell@PapelCarbonell
Tanto #CuchiCuchi como sea posible, en la combi, cuando sea necesario. Chepiquadriyeo.

KidAtocha@KidAtocha
Estaré recibiendo sus follows todo el día de hoy a cambio de un buen y delicioso #cuchicuchi. Plis RT

Soy132@KidRanchero
Qué saben del amor si no han sentido en carne propia el #cuchicuchi

rafael velez@rafa57
Millares de maridos prefieren quedarse sin #Cuchicuchi que votar por #JVM dicen que mejor le jalan la cabeza al ganzo!


мarιƒer ɑℓveɑr @Maffalvear
Si no me traes unos tacos de sirloin en media hora no hay#cuchicuchi en un mes! #amenazocomoJosefina

JuanchoElHereje @JuanchoElHereje
Apoyar a las feministas en contra de las agresiones de quienes piden usar el #cuchicuchi electoralmente es una obligación ética

Pascal BeltrandelRio@beltrandelriomx
Ahora no podré quitarme de la mente la imagen de Betty Mármol de aquí al final de la campaña #cuchicuchi

Eso fue en la twitiza ¿a usted qué opinión le deja el #cuchicuchi? Espero sus comentarios a través de magomezpolanco@gmail.com y desde luego, en Twitter: @MA_GomezPolanco.


miércoles, 13 de junio de 2012

La "encuestitis mexicana" / Sui Generis: periodismo libre /


SUI GENERIS: PERIODISMO LIBRE
La encuestitis mexicana

El insufrible amuleto electoral ¿un instrumento determinante en la intención de voto de los mexicanos 0 profeta de la manipulación y arma de propaganda?

Por Miguel Ángel Gómez Polanco

“En mis encuestas, yo voy arriba”, “ahí están las encuestas; nadie puede negar quién es el puntero”, “las encuestas han perdido credibilidad”. Estas y otras frases se han vuelto recurrentes en el contexto electoral de México; país con una tendencia mitificadora, derivada de la incertidumbre inspirada por las instituciones y una élite gubernamental que ya no ve la suya para encontrar nuevos métodos de convencimiento, alejados de sus acciones como autoridad.
            Pero ¿en qué se basa la pretendida influencia de las casas encuestadoras? De acuerdo con Leo Zuckerman, en la investigación “¿Quién es quién en las encuestas?” publicada en marzo pasado: “El valor de las encuestas preelectorales es que predice quién va a ganar la elección. O, para ser más precisos, quién es el que tiene una mayor probabilidad de alzarse con la victoria”.
            No obstante, este poder predictivo se ha visto alterado debido a la efervescencia social que acontece en territorio mexicano actualmente. Las muestras de apoyo/repudio a la y los aspirantes presidenciales, han socavado las metodologías en las que son basadas las encuestas, para convertirlas en una arma electoral, por lo menos ante la percepción de las mayorías.
            A lo anterior se suma la reglamentación aplicada por el Instituto Federal Electoral para regular el impacto de estos consagrados amuletos electorales, pues de acuerdo con el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), las encuestas deben ser registradas (junto con la explicación del o los métodos para su aplicación) y detallar dónde serán publicadas, únicamente con el fin de mantener informado al órgano electoral. Es decir, no existe ningún marco legal para cuestionar su veracidad.
            Ante esta situación, la descalificación y/o aprovechamiento de los protagonistas en la carrera electoral, se ha convertido en una constante, prestándose las encuestas como un blindaje o, en su caso, como una manera de contraponer la concepción de autonomía en la población votante, generalizando su preferencia y apostando por infundir, en la mayoría de los casos, una suerte de resignación.

“Los contratantes”
El Artículo 44 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) indica que: “No será pública la información relativa a los procesos deliberativos de los órganos internos de los partidos; la correspondiente a sus estrategias políticas y de campañas electorales; la contenida en todo tipo de encuestas por ellos ordenadas, así como la referida a las actividades de naturaleza privada, personal o familiar, de sus afiliados, dirigentes, precandidatos y candidatos a cargos de elección popular”; he ahí el “problema”.
            Ante la falta de certificación para los resultados por parte del árbitro máximo de la contienda electoral, no se garantiza su certeza, además de tratarse de una muestra determinada a partir de métodos que han sufrido cambios que dependen en gran parte de quien las contrata. Incluso, la consejera electoral, María Marván Laborde acusó que “escasean datos de recopilación como vivienda, telefónica, etcétera; así como método de muestreo, tamaño de la muestra, fraseo de la pregunta, porcentaje que no contestó, nivel de confianza, rango de error estadístico e incluso fecha del levantamiento”.
            Asimismo, son varias de las propias casas encuestadoras las que aseguran que entre más cercanas se apliquen estás herramientas recopiladoras de opinión al día de la elección, el resultado será más fiel al poselectoral e incluso puede significar “una voltereta radical”.
Y es que como explica el abogado y analista electoral, Joel Vera Terrazas: “Las encuestas son sólo un parámetro de la tendencia que el votante tiene en un momento determinado, pero no son el reflejo de lo que acontecerá el día de la elección, pues son muchos los factores que pueden modificar los resultados de una encuesta, como lo son aquellas personas que participaron en la encuestas pero que no participaron en la elección; aquellos que al sufragar cambiaron de opinión o los que falsearon la información al ser encuestados”.
No dude, pues, de quién tiene la última palabra para elegir a quien gobernará México los próximos seis años y no precisamente porque una encuesta lo “prediga”.


EL DATO
-         De acuerdo con el Cofipe, tres días antes de la elección ya no pueden ser publicados los resultados de las encuestas de índole particular.

-         De acuerdo con la consejera del IFE, María Marván Laborde, hasta el mes de mayo, 16 empresas se habían registrado para hacer encuestas de salida y conteos rápidos el primero de julio.
-          
-         El IFE ha detectado múltiples deficiencias científicas de los sondeos; sin embargo, eso no ha sido impedimento para la publicación de supuestas tendencias.

-         La “dependencia encuestadora”: del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas. En el mismo período, pero del año 2006, la cantidad fue de 57.

-         De las 44 últimas encuestas preelectorales, 32 acertaron al ganador, un 73% de efectividad. GCE, la empresa que más publicó, acertó en 10 de sus 13 encuestas. El Universal tuvo un récord perfecto en la predicción del ganador: cinco de cinco. Reforma, en cambio, le pegó a dos de cinco, una efectividad de 40%. De las cuatro encuestas de Consulta-Mitofsky, erró en una y acertó en tres (75% de efectividad). (Tomado del estudio “¿Quién es quién en las encuestas?” de Leo Zuckerman; marzo 2012)

-         En una encuesta aplicada en la red social Facebook durante mayo del año en curso (mes contemplado como la mitad de las campañas presidenciales), dentro de un universo de opinión de 1,080 personas; el resultado de dichas herramientas en la intención de voto a partir de la pregunta: “Para fines de investigación periodística: ¿qué tanto influyen las diversas encuestas electorales en su preferencia de voto?, fue de:

·         (65) Nada; las mantengo al margen de mi decisión
·         (12) Regular; las tomo en cuenta, pero no definen mi voto
·         (14) Poco; no creo en ellas, pero las tengo presentes
·         (15) Agregó respuestas como:
-         (9) Nada; para mí, la gran mayoría están manipuladas
-         (2) Estoy definido/a sin ellas
-         (1) Demasiado de ello depende mi voto
-         (1) A las oficiales que dicen en tv, no les creo nada
-         (1) Me interesan
-         (1) Mucho; en ello me baso para votar

Total de encuestados: 106 personas
Muestreo: aleatorio
Nivel de participación: 10%


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